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Cien rayuelas para Julio Cortázar

Cien rayuelas para Julio Cortázar

Arte que se juega / Una hora de diversión pública

Los diseños de Marta Minujín se colocaron en la 9 de Julio y los transeúntes los disfrutaron

Domingo 22 de marzo de 2009 | Publicado en edición impresa 

Ayer a la tarde, durante dos horas, dos carriles de la siempre muy transitada avenida 9 de Julio, entre Bartolomé Mitre y Perón, permanecieron cortados no por reclamos políticos sino por un evento artístico.

El Obelisco fue testigo de una acción pública del arte efímero de Marta Minujín. Invitada por el Ministerio de Cultura porteño para cerrar un programa de homenajes al escritor Julio Cortázar, a 25 años de su muerte, la artista imaginó un centenar de rayuelas desplegadas sobre la avenida 9 de Julio.

Y así se hizo. Su diseño de una rayuela multicolor de unos cinco metros fue ploteado cien veces y adherido a la avenida. Cada jugador estaba invitado a ir desde la Tierra hasta el Cielo, lanzando una "piedra mágica" -un cubo de telgopor cubierto con un papel fucsia- firmada por la artista. La consigna indicaba que si lograba llegar sin perder hasta la quinta rayuela de la hilera el jugador se llevaba esa piedra como premio. El poco tiempo de juego -30 minutos- y la falta de rigor de los participantes hizo que los colaboradores entregaran los "premios" al azar. Los participantes, mayoría jóvenes, subsanaron con alegría los inconvenientes de la organización.

Te cuento un cuento...

Te cuento un cuento...

"Los bomberos" de Mario Benedetti

Olegario no sólo fue un as del presentimiento, sino que además siempre estuvo muy orgulloso de su poder. A veces se quedaba absorto por un instante, y luego decía: “Mañana va a llover”. Y llovía. Otras veces se rascaba la nuca y anunciaba: “El martes saldrá el 57 a la cabeza”. Y el martes salía el 57 a la cabeza. Entre sus amigos gozaba de una admiración sin límites.

Algunos de ellos recuerdan el más famoso de sus aciertos. Caminaban con él frente a la Universidad, cuando de pronto el aire matutino fue atravesado por el sonido y la furia de los bomberos. Olegario sonrió de modo casi imperceptible, y dijo: “Es posible que mi casa se esté quemando”.

Llamaron un taxi y encargaron al chofer que siguiera de cerca de los bomberos. Éstos tomaron por Rivera, y Olegario dijo: “Es casi seguro que mi casa se esté quemando”. Los amigos guardaron un respetuoso y afable silencio; tanto lo admiraban.

Los bomberos siguieron por Pereyra y la nerviosidad llegó a su colmo. Cuando doblaron por la calle en que vivía Olegario, los amigos se pusieron tiesos de expectativa. Por fin, frente mismo a la llameante casa de Olegario, el carro de bomberos se detuvo y los bomberos comenzaron rápida y serenamente los preparativos de rigor. De vez en cuando desde las ventanas de la planta alta, alguna astilla volaba por los aires.

Con toda parsimonia, Olegario bajó del taxi. Se acomodó el nudo de la corbata, y luego, con un aire de humilde vencedor, se aprestó a recibir las felicitaciones y los abrazos de sus buenos amigos.

 

Fonseca, el narrador del Mal

Fonseca, el narrador del Mal

POR TOMÁS ELOY MARTíNEZ 

Para La Nación - Buenos Aires

Rubem Fonseca va a cumplir 84 años.Sus tres últimas obras, Mandrake: la Biblia y el bastón (2005), Ella y otras mujeres (2006)y La novela ha muerto (2007) han recibido sólo unas pocas reseñas de compasión. Sin embargo, sigue siendo leído como el creadores brasileños más originales. La biografía de Fonseca es una sucesión de sorpresas: ex policía que aprendió en las calles los laberintos de las intrigas criminales, vive desde hace décadas en el anonimato y el silencio, negándose a las entrevistas y frecuentando sólo a pocos amigos. Uno de ellos es otro recluso famoso, Thomas Pynchon, a quien ni siquiera se le conoce la cara.

Nunca olvidaré la primera vez que lo leí. Yo estaba sentado a una mesa junto a la acera, esperando a un amigo. Como la espera se hacía larga, crucé a la librería de enfrente en busca de algún texto que me entretuviera. Uno de los vendedores me recomendó un volumen de cuentos que, según él, había leído con el alma en vilo, sin poder dormir. Así cayó en mis manos Feliz año nuevo , en la traducción española de Pablo del Barco. Apenas entré en la atmósfera trivial de "Paseo nocturno, parte 1", oí batir los parches del infierno, y ya nada fue igual para mí. Esas pocas páginas bastaron para que el universo de Fonseca me tatuara el alma con la malignidad de una flor carnívora.  

Sus personajes habitaban -y allí están todavía- un mundo anterior a Dios o en el que Dios es innecesario. No hay pecado; no hay culpa; no hay sino un incesante Mal sin conciencia. Si el Mal es una ocupación, un trabajo, una distracción, una llamita que arde porque sí en el desierto de la vida cotidiana. ¿Cuál es, entonces, la trascendencia del Mal?

Fonseca instala el miedo en el interior mismo del lenguaje. Cada una de sus palabras es como una nota musical desgajada de la sinfonía del Mal. Muy pocos han conseguido, como él, crear un personaje con sólo dos o tres rasgos, urdir tramas a las que jamás se les ven las costuras. Ningún escritor es más cinematográfico que Fonseca. Sus historias estén tejidas con violencia y crimen. Su lenguaje cambia de uno a otro relato.Los personajes de Fonseca saben siempre por qué hacen lo que hacen. Sólo el lector se queda afuera, pasmado, no porque el texto deje algo sin explicar o porque la claridad se le haya caído por el camino, sino porque la violencia cruza todos los límites y se pone lejos de su alcance. Es una violencia tan excesiva que lo abarca todo, pero no se ve. Respiramos su atmósfera tóxica y no nos damos cuenta. El lector contempla fascinado un absurdo hecho de omisiones y de silencios que sólo los personajes entienden.

Hallaron un retrato de Shakespeare

Hallaron un retrato de Shakespeare

EN LONDRES

Los expertos dicen que sería el único retrato realizado en vida del dramaturgo inglés

Un grupo de expertos anunció ayer que un retrato que hasta ahora había pertenecido a la colección de una familia británica es la única imagen auténtica de William Shakespeare realizada mientras aún vivía el dramaturgo.

El retrato, recientemente descubierto fue pintado en 1610, seis años antes de la muerte de Shakespeare, a los 46 años de edad, según Paul Edmondson, director educativo de The Shakespeare Birthplace Trust.

"Estamos un 90% seguros de que éste es Shakespeare", declaró Edmondson. "Nunca estaremos completamente seguros. Siempre habrá voces de discordia", dijo.

Stanley Wells, presidente del instituto, se mostró convencido de que es el único retrato que se le hizo en vida al autor de Hamlet .

Edmondson indicó, además, que los especialistas están convencidos de que es Shakespeare por el gran número de copias que se hicieron y porque la pintura fue pasando de generación en generación, junto con un retrato del conde de Southampton, principal patrocinador de Shakespeare.

Continúa leyendo este artículo en http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1107159

"No me arrepiento de nada" de Gioconda Belli

Desde la mujer que soy,

a veces me da por contemplar

aquellas que pude haber sido;

las mujeres primorosas,

hacendosas, buenas esposas,

dechado de virtudes,

que deseara mi madre.

No sé por qué

la vida entera he pasado

rebelándome contra ellas.

Odio sus amenazas en mi cuerpo.

La culpa que sus vidas impecables,

por extraño maleficio, me inspiran.

Reniego de sus buenos oficios;

de los llantos a escondidas del esposo,

del pudor de su desnudez

bajo la planchada y almidonada ropa interior.

Estas mujeres, sin embargo,

me miran desde el interior de los espejos,

levantan su dedo acusador

y, a veces, cedo a sus miradas de reproche

y quiero ganarme la aceptación universal,

ser la "niña buena", la "mujer decente"

la Gioconda irreprochable.

Sacarme diez en conducta

con el partido, el estado, las amistades,

mi familia, mis hijos y todos los demás seres

que abundantes pueblan este mundo nuestro.

En esta contradicción inevitable

entre lo que debió haber sido y lo que es,

he librado numerosas batallas mortales,

batallas a mordiscos de ellas contra mí

-ellas habitando en mí queriendo ser yo misma-

transgrediendo maternos mandamientos,

desgarro adolorida y a trompicones

a las mujeres internas

que, desde la infancia, me retuercen los ojos

porque no quepo en el molde perfecto de sus sueños,

porque me atrevo a ser esta loca, falible, tierna y vulnerable,

que se enamora como alma en pena

de causas justas, hombres hermosos,

y palabras juguetonas.

Porque, de adulta, me atreví a vivir la niñez vedada,

e hice el amor sobre escritorios

-en horas de oficina-

y rompí lazos inviolables

y me atreví a gozar el cuerpo sano y sinuoso

con que los genes de todos mis ancestros

me dotaron.

No culpo a nadie. Más bien les agradezco los dones.

No me arrepiento de nada, como dijo la Edith Piaf.

Pero en los pozos oscuros en que me hundo,

cuando, en las mañanas, no más abrir los ojos,

siento las lágrimas pujando;

veo a esas otras mujeres esperando en el vestíbulo,

blandiendo condenas contra mi felicidad.

Impertérritas niñas buenas me circundan

y danzan sus canciones infantiles contra mí

contra esta mujer hecha y derecha,

plena.

Esta mujer de pechos en pecho

y caderas anchas que, por mi madre y contra ella,

me gusta ser.

Autores mexicanos: Jaime Sabines

Poeta y ensayista mexicano nacido en Tuxtla Gutiérrez en 1926.
Se radicó en Ciudad de México desde 1949 cuando inició sus estudios de Filosofía y Letras. Aunque escribió sus primeros poemas antes de los dieciocho años, fue allí en la universidad donde publicó «Horal» a la edad de veintitrés años.
Un recuento de sus poemas fue publicado por la UNAM en 1962.
En 1965 tras su visita a Cuba para servir como jurado del Premio Casa de las Américas, sufrió un gran desencanto con las tendencias izquierdistas, sentimiento que dejó plasmado en su libro «Yuria» publicado en 1967.
Su obra tiene un marcado acento informal que lo convierte en un poeta de todos los tiempos. Su prosa vehemente y su verso  sentido y sensual, nos hacen viajar  por un mundo de realidades vividas.
En 1985, recibió el Premio Nacional de Ciencias y Artes. En 1986, con motivo de sus sesenta años, fue homenajeado por la UNAM y el INBA. Ese mismo año el Gobierno del Estado de Tabasco le entregó el Premio Juchimán de Plata. En 1991, el Consejo Consultivo le otorgó la Presea Ciudad de México y en 1994 el Senado de la República lo condecoró con la medalla Belisario Domínguez.
Por su libro «Pieces of Shadow» («Fragmentos de sombra»), antología de su poesía traducida al inglés y editada en edición bilingüe, obtuvo  el Premio Mazatlán de Literatura 1996. 
Tras una larga enfermedad falleció en Ciudad de México en 1999. ©

 

 

Morir es retirarse, hacerse a un lado,
ocultarse un momento, estarse quieto,
pasar el aire de una orilla a nado
y estar en todas partes en secreto.

Morir es olvidar, ser olvidado,
refugiarse desnudo en el discreto
calor de Dios, y en su cerrado
puño, crecer igual que un feto.

Morir es encenderse bocabajo
hacia el humo y el hueso y la caliza
y hacerse tierra y tierra con trabajo.

Apagarse es morir, lento y aprisa
tomar la eternidad como a destajo
y repartir el alma en la ceniza.

 

 

Quino y su visión de mundo

Quino y su visión de mundo

 Menos mal que el mundo arde siempre por otro lado...

Jorge Luis Borges: dichos, reportajes e historias

Jorge Luis Borges: dichos, reportajes e historias

Sobre sus libros

Mis amigos me dicen que mis cuentos son muy superiores a mis poesías, que soy un intruso en la poesía y no debería escribir versos, pero a mí me gustan los versos que escribo. Hay dos libros que me han granjeado alguna fama: Ficciones y El Aleph. Es decir, los libros de cuentos fantásticos; pero yo ahora no escribiría cuentos de ese tipo. Me parece que no están mal, pero es un género que me interesa poco ahora (o del cual me siento incapaz y por eso digo que me interesa poco). A mí me gusta más El informe de Brodie y quizás el libro que estoy escribiendo ahora y cuyo título no me ha sido aún revelado, pero nadie comparte mis opiniones.

En el prólogo de Historia universal de la infamia advertí que era deliberadamente falso. Yo sabía que el cuento era imposible, más fantástico que cualquier cuento voluntariamente fantástico mío, y sin embargo, debo la poca fama que tengo a ese cuento. Y aunque después escribí otro cuento. "Historia de Rosendo Juárez", como una suerte de palinodia o de contraveneno, no fue tomado en serio por nadie. No sé si lo leyeron, o simularon no haberlo leído, o si lo tomaron por un mal momento mío. El hecho es que yo quise referir la misma historia tal como pudo haber ocurrido, tal como yo sabía que pudo haber sucedido cuando escribí "Hombre de la esquina rosada" en 1930, en Adrogué. La escena de la provocación es falsa; el hecho de que el interlocutor oculte su identidad de matador hasta el fin del cuento es falso y no está justificado por nada; el lenguaje es, de tan criollo, caricatural. Quizás haya una necesidad de lo falso que fue hallada en ese cuento. Además, el relato se prestaba a las vanidades nacionalistas, a la idea de que éramos muy valientes o de que lo habíamos sido; tal vez por eso gustó. Cuando yo tuve que leer las pruebas para una reedición lo hice bastante abochornado y traté de atenuar las "criolladas" demasiado evidentes o, lo que es lo mismo, demasiado falsas. Lo curioso es que las personas que admiran ese cuento lo llaman "Hombre de la Casa Rosada" y suponen que me refiero al Presidente de la República.
[...]

Fragmentos extraídos del libro "Borges,sus días y su tiempo" de María E.Vázquez. ©1984 Javier Vergara Editor

Cortázar a través de sus lecturas

Cortázar a través de sus lecturas

La biblioteca de Cortázar
Todos los libros que pertenecieron al genial escritor se encuentra expuestos en la Fundación Juan March (Madrid).

 

Libros dedicados por Pablo Neruda, una edición en japonés de Rayuela, una colección de novelas de vampiros y discos visuales de Octavio Paz forman parte de la colección de Julio Cortázar, de cuyo fallecimiento se cumplen ahora 25 años y cuyo legado bibliográfico se encuentra en Madrid. Descubrir a un escritor como Cortázar a través de sus lecturas, de sus obras de referencia, de sus anotaciones y de sus subrayados es un trabajo apasionante que la Fundación Juan March de Madrid permite a través de la biblioteca del escritor, donada por su viuda y albacea Aurora Bernárdez en 1993

"Es una manera de investigar su personalidad. Qué le interesaba a Cortázar. Se hacen al muchas tesis sobre Cortázar y a menudo recibimos a estudiantes que buscan aquí una de las pistas fundamentales para entenderle", explicó Paz Fernández, directora de las bibliotecas de la fundación. La de Cortázar recoge los libros que el autor de Bestiario tenía en la casa donde murió, el 12 de febrero de 1984, en París, donde se acumulaban los innumerables referentes que forjaron una sensibilidad y una morfología literaria únicas.

Con sus más de 4.300 piezas -entre libros y revistas-, esta biblioteca, que se esconde en los fondos de la fundación, es una aventura salteada similar a la que el escritor -nacido en Bruselas en 1914 de padres argentinos y nacionalizado francés en 1981- propuso en su celebrada Rayuela. Se puede leer de seguido por orden alfabético, desde el Amadís de Gaula hasta el Ulises, de James Joyce. O se pueden rastrear las pasiones del genio, atento a la imagen -con libros de arte y cine, con mención para Groucho Marx-, la espiritualidad -varios Nuevos Testamentos, estudios sobre los vedas y el budismo-, la música -fanático del jazz- y la sexualidad -con textos de Sade.

Sabina - Serrat

Joaquin Sabina / Joan Manuel Serrat

Gira: "Dos pájaros de un tiro"

Callar - Juan Gelman

Una ola de amor que

va de mi cuerpo al tuyo es

una humana canción.

No canta, vuela entre

tu boca y mi verano

bajo tu sol. El calendario no

tiene esta noche o fecha en su papel.

El manantial de vos

cae como vino en la copa

y el mundo calla sus desastres.

Gracias, mundo, por no ser más que mundo

y ninguna otra cosa.

Los cronopios salen de juerga - EL PAÍS

Los cronopios salen de juerga - EL PAÍS

REPORTAJE

Los cronopios salen de juerga

Tres inéditos de Julio Cortázar conmemoran el 25º aniversario de su muerte

JAVIER RODRÍGUEZ MARCOS - Madrid - 27/01/2009

El 12 de febrero de 1984, muy pronto hará 25 años, el autor de Bestiario murió en un hospital de París víctima de una leucemia. Yurkievich, que estaba a su lado, contó que poco antes había pedido escuchar el último quinteto de Mozart y un solo de piano -I ain’t got nobody- de Earl Hines.

En 1953, Cortázar se había casó en Buenos Aires con Aurora Bernárdez. A la edad  de 91 años, se separó de Cortázar en 1968, pero cuidó de él en sus últimos días y sigue cuidando de su legado. De hecho, ayer presentó en Madrid una edición artística con tres textos inéditos de la serie de Historias de cronopios y famas, según Vargas Llosa, amigo de la pareja, el libro más "travieso" de Julio Cortázar. Ella fue, además, la inspiradora de esos relatos llenos de paradojas. "Un día en la villa Médicis de Roma", contó ayer, "le dije a Julio: ’esta escalera es para bajar no para subir’ y él me dijo: ’nunca lo había pensado". Ahí arrancó la colección. Caligrafiado por Josemaría Passalacqua y con ilustraciones de la artista italiana Judith Lange, los nuevos cuentos han sido publicados en tirada limitadísima -100 ejemplares- por Del Centro Editores.

Si los tres relatos recién rescatados fueron desechados en la primera edición, se debió según su viuda, a que quería evitar la repetición. Julio Cortázar, sin repetirse, siguió tirando del mismo hilo zumbón en libros inclasificables, y ajenos al corsé de los géneros, como La vuelta al día en ochenta mundos, Ultimo round o Los autonautas de la cosmopista, escrito a cuatro manos con su segunda esposa Carol Dunlop, que murió dos años antes que él. El desparpajo de su literatura no es nada extraño en alguien a quien sus amigos veían como un niño grande, un escritor muy serio que siempre manejó las palabras como si fueran de juguete.Los relatos fueron desechados, según la viuda, para evitar repeticiones.

César Vallejo

LOS HERALDOS NEGROS

Hay golpes en la vida, tan fuertes ... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas obscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... pobre... pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!